
La primera mitad fue un verdadero fiasco para los merengues, que apenas se propinaron una par de ocasiones de gol que fueron bien controladas por la amateur zaga de los visitantes.
Por su parte los amarillos plantearon un partido inteligente y sin tomar grandes recaudas supieron controlar las envestidas de los merengues, e incluso se animaron a un par de contragolpes que fueron bien controlados por el meta Dudek.
En el complemento los merengues intentaron dar vuelta este marcador llevando presión a la portería visitante, sin embargo se encontraron con un equipo que los supo aguantar bien y que controló sin desesperarse cada ataque del conjunto merengue.
Ya al final la gente que había asistido a presenciar una remontada gloriosa se olvidó completamente de eso y se dedicó a pifiar a sus jugadores que definitivamente no le encontraban el rumbo a este lance.
Pese a esto los locales consiguieron marcar lo que sería el tanto del honor a los 83, por intermedio de Rafael Van der Vaart, aunque esa conquista llegaría demasiado tarde pensando en que los adiestrador por el Ingeniero necesitaban marcar tres goles más para ir recién a los penales.
De esta forma los pupilos de Pellegrini se despiden de este campeonato, sin que jamás pudieran encontrarle la vuelta a este compromiso, aunque recibiendo una importante lección de humildad de parte de un rival que en el papel aparecía absolutamente inferior, pero que nunca se olvidó que en la cancha algunas veces hay que poner algo más que una cuenta bancaria.
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